miércoles, 25 de diciembre de 2013

Resumen de mi último mes

Que nadie se piense que ando desaparecida, simplemente tengo el blog algo abandonado, aunque sigo leyendo todos los blogs y webs de mi lista y a veces incluso comento algo. Últimamente la inspiración no me acompaña, tendré que plantearme escribir más como propósito de año nuevo (¡ja!). 

Desde que volví del curso en Madrid (¡ya hace un mes de eso!) pasaron varias cosas:

- Tengo proyectos laborales de los que aún no puedo contar nada porque aún no hay nada concreto. Estoy 50% ilusionada y 50% muerta de miedo. Espero que poco a poco el porcentaje vaya cambiando y la ilusión llegue al 100% y el miedo sea un gran 0% (¡ja!). 

- En la pizarra de la cocina de la casa de mi madre había una cuenta atrás: los días que faltaban para que uno de mis hermanos volviera de tierras muy muy lejanas tras una navegación muy larga. La cuenta atrás ya acabó, mi hermano ya está en casa, y el nido ya está completo, la gallina y los tres pollitos. Justo a tiempo para celebrar la Navidad en familia. El día de la llegada las cámaras nos rodeaban por todas partes y salimos en algún informativo y algún periódico.

- Junto con las bienvenidas, también hubo despedidas: Pinchiño, justo un año después de que nuestras vidas tomaran caminos separados, tomó una decisión laboral que le va a traer una suerte inmensa. Se va a trabajar a la otra punta del país. Vino a despedirse de todos los amigos y familia (porque siempre formará parte de mi familia) de la ciudad que fue su tierra adoptiva durante casi cinco años. Sabe que aquí siempre tiene una casa, que las cosas le van a ir de maravilla, y que la próxima vez que nos veamos, sólo vamos a tener buenas noticias. Merece todas las cosas buenas que le pasen y más, porque es una gran persona. Sé que en él tengo un gran amigo para toda la vida, y me enorgullece que él pueda decir lo mismo. El momento de la despedida fue triste, pero tengo la intuición de que esto sólo le va a traer cosas buenas.

- Probé las hamburguesas de canguro. En el congelador tenemos más canguro y cocodrilo. Me quedo con ganas de probar también el camello.

- Le encargué a mi hermano shikakai y amla de la India para lavar el pelo, pero los nombres de las hierbas se perdieron en las profundidades del whatsapp (bendito whatsapp) y no pudo ir a comprarlas. En su lugar me trajo millones de infusiones, galletas australianas en cantidades indecentes, pahsminas indias y souvenirs variados :)

- Tengo las manualidades algo abandonadas, porque mi taller de costura es una torre de cajones que tuve que quitar del salón para poner el árbol de Navidad. Como me da pereza ir a buscar la torre a la otra habitación, se me quitan las ganas de coser y ganchillar. Sólo hice unos chupeteros y una diadema para una preciosa niñita que acaba de nacer (bienvenida Almudena, tengo muchas ganas de conocerte), y unos baberos XL para los padres para hacer la broma. Es una niña muy deseada y no me extraña que a los padres se les caiga la baba.

- En el gimnasio nos hicieron "prometer" que estas navidades sólo vamos a engordar como mucho medio kilo (¡ja!).

- Sigo yendo a la presoterapia, llevo 9 sesiones. De medidas sigo igual, pero con las piernas llenas de pequeños moratones a causa del masaje con cepillo de madera. La esteticista me dice que eso es bueno, que son como pequeñas microliposucciones (¡ja!). Me encanta además su sinceridad a la hora de referirse a mis grasas incrustadas, a mi celulitis y a mi barriguita.

- Las navidades vuelven a ser navidades cuando hay un niño de dos años en casa. Ayer lo flipó cuando le dijimos que mirara debajo del árbol, que seguro que ya llegó Papá Noel. Abrió su regalo alucinando, y a la 1 y media de la mañana aún estaba saltando en el sofá gritando "¡bieeeen, fiesta!". La tristeza de estas épocas se calma un poco al verlo tan contento.

- Me compré una cafetera de cápsulas. Al comprar 10 cajas de cápsulas, la cafetera salía gratis. Sólo quedaban cápsulas de café negro. Yo no tomo café. Tengo una cafetera maravillosa y 99 cafés para las visitas (me hice uno porque me hacía ilusión estrenarla).

- Hace más de un mes fui a Ikea. Pregunté por unas láminas maravillosas que estaban en exposición. Me dijeron que estaban descatalogadas y que sólo se vendía el marco. La semana pasada volví a ir y volví a preguntar. Me las vendieron, y además rebajadas, porque para adaptarlas al marco las tuvieron que recortar y no me las podían vender al precio original. Además tenía descuento por comer allí, así que por 13 euros me llevé mis dos láminas maravillosas con sus marcos y 2 velitas. Luego fui al Primark y me compré, entre otras cosas, unos vestidos por 7 euros, o eso creía, porque al llegar a casa vi la etiqueta de uno de ellos y ponía 2´50€. Flipando.

- Me compré mi enésima poinsettia. Tuve una que me duró 3 años, pero tuve la feliz idea de transplantarla y se me murió. A ver si ésta sobrevive a las navidades.

- El otro día un desconocido me dijo que al verme se estaba acordando de las azafatas del Un, dos, tres. Yo pensé "vale, me quito mis gafas grandes y listo. Pero tú seguirás siendo imbécil".  

Todo esto dio de sí el mes de diciembre. Un broche final a un año realmente difícil, en el que nuestra fortaleza se puso a prueba y nos dimos cuenta de lo valientes que somos en las situaciones duras que nos pone la vida. ¡Pero no estamos aquí para hablar de tristezas!, así que hay que procurar sacar siempre la parte positiva de todo, y esa parte positiva es la unión de mi familia, que no permite que ninguno de los miembros flaquee, porque siempre están ahí los otros tres para sacarlo a flote. Aunque sea en la distancia. Así que este año, más que las navidades, lo que celebramos es nuestra unión, que no hay nada ni nadie en el mundo que la pueda debilitar.

Con todas estas reflexiones me despido hasta que me decida a escribir de nuevo, esperemos que pronto. Así que sólo me queda desearos a todos unas felices fiestas en familia, o junto a la gente que os quiere, que en realidad es lo que importa. ¡Besazos a todo el mundo!
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